sábado, 21 de mayo de 2011

DIEZ CONCEPTOS BASICOS PARA LA ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA

POR EL PROF. WALTER GROPIUS

(De su libro en prensa sobre la enseñanza de la Arquitectura. Tomado de "Arquitectura" de Cuba. Traducción del Prof. Víctor Morales).

EN una época de especialización el método es de mayor importancia que el conocimiento y la destreza; la preparación de un arquitecto debe de ser concéntrica preferentemente a ser seccionada. En su esencia y en toda su duración deberá ser de conjunto, aumentado progresivamente en veracidad de acometida (certeza de mira), o sea, en claridad de pensamiento y en conocimiento de realización práctica. Debe enfocarse a impartir al alumnado una convicción básica, que lo conduzca a esfuerzos consistentes e independencia de concepciones (criterios).

2. La disciplina arquitectónica básica es la concepción tridimensional. En todas las etapas de la educación el tablero de dibujo y la obra de construcción estarán estrechamente relacionados. El aprendizaje práctico no deberá ser añadido como una experiencia adicional más al cabo de una preparación académica de varios años de duración. Formará parte integrante de un plan comprensivo y que abarque simultáneamente experiencia y conocimiento del taller, la obra (campo) y aula desde su comienzo.

3. En el primer año, el diseño básico y la práctica en el taller, combinados, servirán de introducción a los alumnos para los elementos del diseño-superficie - volumen - espacio - color- y simultáneamente a los elementos de la construcción y de la "Edificación" por medio del desarrollo de ejercicios tridimensionales que serán ejecutados con los materiales y las herramientas necesarios. Al mismo tiempo un programa de proyectos (curso) que incorpore problemas actuales (reales) debe canalizar todas las actividades del grupo en el máximo problema social del mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad. Elementos de planificación deben de ser incluidos en estos comprensivos estudios iniciales.

4. En el segundo y tercer años el taller de diseño construcción suplemento con experiencias de campo (obras) en las vacaciones de verano y con los experimentos de laboratorio correlacionaría experiencias más avanzadas con los conocimientos cada vez más amplios del alumno. Esta experiencia que yo llamo de campo no significa trabajar en una oficina sino práctica directa en la obra como asistente del encargado o inspector de la misma, al objeto de estudiar los procesos de la construcción y las fricciones a menudo resultantes entre los subcontratistas. El trabajo de campo durante no menos de seis meses debe ser obligatorio para obtener el título de profesional arquitecto. Deberá incluir también conocimientos con la industria de construcción.

5. La enseñanza de la construcción debe ser parte integrante del diseño (proyecto), pues ambos son directamente interpendientes. Igual énfasis deberá darse a ambas; ningún estudiante podrá avanzar en sus estudios (pasar de año) si presenta cualquier deficiencia en cualquiera de ellos (alguno de ellos). Los problemas de diseño y de construcción serán relacionados con condiciones reales de emplazamiento (terreno) y con los requisitos para el uso del edificio. También deben ser abordados como inseparables del concepto de los problemas de la comunidad en un todo.

6. Debe adiestrarse a los alumnos a trabajar en grupos -también con alumnos de técnicas relacionadas- al objeto de aprender los sistemas (métodos) de colaboración con otros. Esto los preparará para la tarea vital de coordinadores de los múltiples individuos que intervienen en la concepción y la ejecución de planear (proyectar) y construir, que confrontarán más adelante.

La naturaleza del trabajo en grupos producirá buena arquitectura "anónima" en vez de diseños llamativos y teatrales (relumbrón y efectista).

7. La Historia deberá ser estudiada en el tercer año, mejor que en el primero, para evitar la intimidación y la imitación. Servirá de ayuda a los alumnos más avanzados para analizar el origen de las obras maestras del pasado y enseñarles cómo la concepción arquitectónica de una época pasada, tal como se desprende de los ejemplos que han quedado, fue la resultante de su religión, su orden social y sus medios de producción.

8. El profesorado debe ser nombrado únicamente después de que el aspirante a profesor tuviese suficiente experiencia propia, tanto en diseño como en construcción. La tendencia a tomar hombres jóvenes como maestros (profesores) y que acaban de terminar sus estudios académicos es perjudicial. Sólo maestros con amplia experiencia pueden aportar la necesaria inventiva y los recursos tan importantes para estimular al alumno continua y consistentemente. Lo mejor que puede ofrecer una educación arquitectónica es estímulo, pues hace al alumno deseoso de utilizar su propia iniciativa. Todo maestro de arquitectura o ingeniería deber tener el derecho a la práctica profesional, pues sólo ésta es capaz de alimentar sus recursos. Sin estas oportunidades, que aumentarán continuamente su experiencia y conocimientos, está destinado a "acartonarse" rápidamente y entonces retirarse a una conveniente plataforma "autoritaria".

9. Las escuelas de arquitectura de menor tamaño -con matricula de 100 a 150 alumnos- serán más eficientes que las de mayor tamaño. El más valioso de los "intangibles" de una escuela, una atmósfera intensiva, resulta de la participación mutua de alumnos y facultad en todas las actividades, esto se pierde en las escuelas de tamaño grande y que son tan adversas al esfuerzo íntimo y de grupo.

10. La eficiencia de los resultados pedagógicos depende del número de alumnos por profesor. El aprendizaje de un arquitecto requiere una guía individual al objeto de ayudar lo en términos adaptados a su talento personal y estado de desarrollo. Un profesor sobrecargado será un extraño a sus alumnos. El número preferible de alumnos por profesor será de 12 a 16 a lo sumo.

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